viernes, 11 de mayo de 2012

Estamos un paso adelante del universo


Estamos un paso delante del universo. Somos los que no tenemos formas de hacer lindo lo horrible. Somos los que te consuelan con un cachetazo, somos el abrazo tardío. Vivimos a los pedos, pasamos por el costado como una exhalación, pero vemos lo que los demás no pueden ver estando quietos. Somos los que elegís cuando te das cuenta que todo lo demás es vacío. Somos una bomba que siempre está a punto de explotar y que nunca sabés hasta dónde pueden llegar las esquirlas. También somos las esquirlas. Estamos viendo todo desde arriba, desde abajo, desde la cama y desde el techo. No compramos análisis ajenos, no compramos buzones vencidos. Buscamos nuestras respuestas sólo para generar nuestras preguntas. Somos esos que llamás cuando las respuestas de tu entorno son pelotudeces.  Somos la antimoda y cuando la antimoda se hace moda nos abrimos. Tenemos personalidad. Somos nuestros principios. Compramos las zapatillas que nos gustan y no las que nos indica el estúpido mercadito berreta del dedito cortado. Escuchamos la música que nos llega, que nos mueve, y nunca es la misma que la que sale de la radio. Sabemos perfectamente a qué colectivo nos subimos. Dormimos poco y mal porque las horas del día no nos alcanzan para todo lo que tenemos que hacer. Hacemos todo lo que tenemos que hacer y lo que no hacemos es porque realmente no es importante. Comprobamos que los que nunca tienen tiempo son los que siempre hacen lo que realmente no es importante. No llenamos nuestra vida con otras vidas ni justificamos todo en otro. Nos hacemos cargo de nuestras cagadas y de nuestros logros. Criticamos a los que ponen todo en la mochila de sus hijos o su dios. Y en tu cara. Nos emocionamos con un Cabsha sobre un 0 km. Tenemos huevos. Muchos. Somos muy cagones. Siempre vamos al frente. No nos importa cuál sea el riesgo. Nos quedamos en el molde hasta que el vidrio se rompe. Lo barremos. Sabemos lo que te pasa. Nos gusta el fútbol con enganche. Nos gusta el sabor que tiene el vino compartido. Sabemos que nos subestimas en público. Sabemos que nos tenés miedo en privado. Sabemos que tu almohada nos admira. Sabemos que no nos entendés. Fomentamos que no nos entiendas para ver si subís de nivel. ¿Fomentamos que no nos entiendas para ver si subís de nivel? No, sólo lo hacemos para verte fallar y reírnos. Nos reímos hasta llorar. Somos felices con muy poco, mucho menos de lo que pensás. Somos la mierda sin filtro, hijos de puta es un elogio. Sabemos qué valor tiene la amistad. Sabemos cuánto vale un mate con el viejo. Subimos la música para que vos sientas lo que yo siento y vos me decís que lo baje. Somos los que peleamos guerras que sabemos perdidas sólo para sentirnos vivos. Y sabés, nos sentimos mucho más vivos que cualquiera. Sabemos que existe la rutina y que es nuestra enemiga y por eso todavía no nos ganó. Sabemos que las papas fritas y la Coca Cola y los auriculares fuertes hacen mal y nos importa tres carajos. Sabemos que la vida es corta y no nos interesa preocuparnos por las pelotudeces esas que te alargan la vida sólo para aburrirte durante más tiempo. Sabemos que cada día puede ser el último y por eso atentamos contra nosotros mismos. Jugamos a la ruleta rusa cuando le tenés miedo a la gomera. Tenemos el ancho de espadas y te copamos la parada con el cuatro de copas. Estamos un paso adelante del universo y por eso llevamos tatuado el gen de la autodestrucción y nos preparamos durante todo este tiempo para que cuando eso pasa vos llores y nosotros nos caguemos de risa. Como sigas sin esforzarte en alcanzarnos va a ser así siempre. Vos sos el universo. Y estamos un paso adelante del universo.

Fer

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